Chica brazos abiertos

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Cómo aliviar el estrés

Incertidumbre laboral, miedo por nuestra salud y la de nuestra familia, exceso de responsabilidades...La situación actual propicia que suframos estrés continuado, provocando que nuestros nervios nos afecten en nuestra salud.

Vivimos además en una sociedad donde todo ocurre cada vez más rápido, en la cultura de la inmediatez, con prisas y cambios constantes. Corremos para llegar puntuales al trabajo donde se nos exige rendir al 100%, o bien debemos esforzarnos para aprobar todos los exámenes, y también en nuestro ámbito familiar tenemos obligaciones y responsabilidades…todo ello puede conllevar que suframos períodos de estrés.

A todo eso hay que añadirle que normalmente no dormimos diariamente las horas necesarias, ni pasamos todo el tiempo que nos gustaría con nuestra familia, pareja o amigos. Sobretodo parece que nos falta tiempo para poder estar solos, a veces algo imprescindible para poder reflexionar sobre nuestra vida o simplemente saborearla de forma distinta.

Dicen que el estrés es la enfermedad del siglo XXI, y lo cierto es que todos hemos lo hemos sufrido alguna vez en nuestra vida. La causa puede ser debida a múltiples factores como ya hemos visto: problemas en el trabajo, de pareja, de dinero...etc. Cuando ese estrés perdura demasiado en el tiempo, es entonces cuando puede suponer consecuencias negativas para nuestra salud. A continuación veremos algunas acciones efectivas para reducir el estrés:


🟦 Dedicarte tiempo a ti mismo. Toma conciencia de lo importante que es dedicarte por lo menos 1 hora a la semana a ti mismo para hacer algo que te apetezca y te relaje: puede ser leer, escribir, pintar, tocar un instrumento, bailar o simplemente no hacer nada. A veces con la rutina diaria y las prisas no nos dedicamos el tiempo que merecemos. Invertir de vez en cuando tiempo en ti mismo es imprescindible para tu equilibrio interior.

🟦 Practicar la meditación, es una de las técnicas más conocidas y más efectivas. Mediante su práctica aprendemos a vivir en el aquí y el ahora escuchando nuestro cuerpo y observando nuestra mente. Nos hacemos más conscientes de nuestros pensamientos, simplemente dejándolos fluir sin entretenerse en ninguno en particular. Eso nos permite centrarnos en el presente, su práctica regular reduce los niveles de estrés y ansiedad y ayuda a tener la mente más calmada.

🟦 El Yoga, Tai Chi, Chi Kung o cualquier otra actividad que te haga entrar en contacto con tu cuerpo. Nos permite parar la mente además de mejorar de la postura corporal, nuestra flexibilidad, fuerza muscular, coordinación y control de la respiración. Al igual que la meditación, su práctica regular ayuda a relajarse, reducir el estrés y dormir mejor. Otra ventaja es que se puede realizar en casa de forma sencilla solamente usando una esterilla.

🟦 Realizar ejercicio físico. Todo deporte que te guste practicar también te puede ayudar a reducir el estrés y favorecer el optimismo, ya que cuando hacemos ejercicio nuestro cuerpo segrega endorfinas, las llamadas “hormonas de la felicidad”. La liberación de estas hormonas produce una sensación de bienestar en nuestro cuerpo y mente. Cualquier tipo de ejercicio será beneficioso siempre que se adapte a la condición física y edad de cada persona, desde levantar pesas hasta realizar paseos. No necesariamente debemos acudir al gimnasio, ya que a muchas personas que les agobia estar en sitios cerrados y no les motiva realizar máquinas o pesas. Si es tu caso y la situación lo permite, salir a andar o en bicicleta puede ser una buena opción. Además por suerte ahora hay una gran variedad de videos con clases dirigidas en Youtube de forma gratuita. ¡Así que ya no tienes excusa para mantenerte activo!

🟦 Disfrutar de aficiones tranquilas que te permitan desconectar de tu día a día, como por ejemplo la lectura, pasear, pasar tiempo en la naturaleza, dibujar, cocinar…A veces nuestras obligaciones diarias no nos permiten disfrutar de todo el tiempo libre que desearíamos, pero podemos encontrar momentos para realizar actividades que nos relajen. Tomar el sol cada día unos 20 minutos no solamente es necesario para sintetizar la vitamina D y estimular tus defensas, sino que además mejora el estado anímico. El contacto con el sol y aire fresco relaja y revitaliza.

🟦 Recibir terapia física manual como un quiromasaje, shiatsu, drenaje linfático o reflexología podal, entre otras. Estas terapias alivian los dolores musculares, reeducan la postura corporal, eliminan toxinas, oxigenan la sangre, mejoran la circulación, estimulan la función de órganos y glándulas del cuerpo, y además inciden en nuestro sistema nervioso produciendo un efecto relajante. De esta manera, ayudan a aliviar el estrés, disminuyen el cansancio y fomentan un sueño reparador.

🟦 Tratar la causa emocional. Es recomendable abordar el estrés desde una visión emocional, donde se busque el origen del malestar y en la que se apliquen técnicas para equilibrar el cuerpo y la mente como: flores de Bach, Reiki, Brain Gym, Kinesiología, LNT, entre otras. Estas técnicas permiten ir a la causa del problema, desbloquean emociones y creencias limitantes, así como también ofrecen recursos para aprender a gestionar las emociones.

🟦 Ser autodidacta. Si tu bolsillo o las circunstancias no permiten acudir a un profesional, mira tutoriales en internet de cómo hacerte un automasaje. Notarás los cambios y mejoras en tu estado anímico y en tu salud. Puedes aprender a relajar tu cabeza, cara, cuello, brazos, piernas, pies y además aprender distintos estiramientos para aliviar la tensión de tu espalda. ¡Incorpora el masaje en tu rutina y notarás sus beneficios! Asimismo existen técnicas sencillas de relajación que uno mismo puede aprender a utilizarlas cuando lo necesite: respiración Pranayama (muy conocida en yoga), EFT tapping (técnica de liberación emocional), puntos de medicina china para tratar el estrés, entre otras.


En general no acostumbramos a darnos permiso para parar, siendo el cuerpo el que finalmente nos obliga a ello enfermando como consecuencia de no respetar sus necesidades. Como hemos visto, podemos recurrir a distintas técnicas para relajarnos y cargar pilas. Es muy importante realizar algún tipo de ejercicio físico diariamente, tratar de descansar y dormir bien, alimentarme de la forma más saludable posible y realizar técnicas de relajación y gestión emocional. La persona consigue estar más tranquila, centrada y equilibrada. Otra de las ventajas es que suele cambiar su percepción respecto a las situaciones que le provocan estrés, pasando a tener una visión más amplia y coherente de los acontecimientos. Puede afrontar la misma situación con nuevos recursos y de forma más madura.

En la sociedad en la que vivimos de prisas e inmediatez debemos permitirnos momentos de pausa y relajación. Vivimos el día a día con un sinfín de obligaciones, compromisos, horarios y prisas. A veces solamente descansamos a la hora de ir a dormir, e incluso puede ser habitual que nos cueste conciliar el sueño debido al ajetreo mental que llevamos de todo el día. 

Normalmente apenas nos permitimos saborear el momento presente, ya sea trabajando como en casa con nuestra familia, amigos o realizando cualquier afición. Es hasta fascinante darse cuenta cómo a menudo actuamos de forma automatizada con el "piloto automático" puesto, casi sin tomar conciencia de algo tan simple como un olor, sentir el propio cuerpo, observar cómo nos sentimos en un determinado momento, qué pensamientos tenemos, saborear la comida, escuchar el sonido de la lluvia...en definitiva, disfrutar de los pequeños detalles que nos ofrece la vida.

No se necesita realizar grandes viajes o lograr metas ambiciosas para sentirnos vivos, al fin y al cabo la vida no se mide tanto por lo que hemos vivido sino más bien por la intensidad con la que la hemos vivido. En nuestra vida cotidiana todos tenemos responsabilidades, obligaciones que atender y objetivos por cumplir, pero parece que nos dejamos llevar con demasiada frecuencia por la corriente de toda esa "vida" sin vivirla realmente.

Por eso sería importante concedernos espacios para estar solos con nosotros mismos, momentos para no hacer nada, para darnos permiso para frenar el ritmo cuando así lo sintamos, y todo ello sin sentirnos culpables ni tener la sensación de que estamos perdiendo el tiempo. Porque paradójicamente, cuando paramos y no hacemos nada es cuando más saboreamos el tiempo.

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